El metaverso representa una nueva etapa en la forma que tenemos de comunicarnos.
Desde fines del año pasado, por causa del cambio de nombre a una empresa de publicidad (que no mencionamos para no hacerle publicidad), saltó al primer plano del interés público el asunto del metaverso. Era controvertido, sí, entre unos cuantos iniciados. Pero ahora todos hablan de su potencial y especulan sobre su impacto a futuro. Tratemos de explicar de qué se trata en un sentido muy básico.
El metaverso representa una nueva etapa en la forma que tenemos de comunicarnos. Debemos verlo como una evolución en el afán por satisfacer una necesidad natural nuestra, compartir mensajes y experiencias con los demás. Lo más probable es que se aproveche primero para fines comerciales o para efectos de negocio.
Pero su potencial va más allá de los usos publicitarios con los que suele ilustrarse su uso. Mediante el uso de recursos y atributos de comunicación que ya conocemos, el metaverso nos dará la oportunidad de crear nuevas experiencias. Las habrá en el ámbito de la publicidad y del trabajo, claro. Pero también en la educación y el entretenimiento. Destaquemos tres de aquellos recursos y atributos.
Primero, el metaverso se sirve de los recursos narrativos que conocemos, propios del cine, la radio y la televisión. Mediante imágenes y sonidos, nos lleva a vivir entornos que no experimentamos físicamente.
Segundo, el metaverso aprovecha la conectividad de las redes sociales: se cruzan mensajes y respuestas en un ir y venir que más que diálogo, es una interacción en la que intervienen nuestros sentidos y nuestro cuerpo. Como en las redes sociales, la ubicación geográfica no es obstáculo para esas interacciones.
Tercero, al igual que en los videojuegos, las experiencias en el metaverso son inmersivas. No se limitan al cine en 3D, pues ocurren en tiempo real; no se repiten, terminan y se van. Es por esto que para explicar las posibilidades del metaverso es común que se mencionen los videojuegos.
Reservemos un último párrafo limitando el concepto de manera negativa. El propósito del metaverso no es el de reducir la experiencia humana a pasar la vida deglutiendo los mensajes que nos mandan los amos que nos controlan. El metaverso es un abanico de posibilidades para enriquecer los muy diversos aspectos de nuestra experiencia actual. Siendo así, por supuesto que entraña riesgos. El metaverso es tan bueno o tan malo como nosotros mismos.
Explicado en lo general, ¿podemos ser más específicos? ¿En qué consisten en concreto las numerosas posibilidades del metaverso?
En este enlace está el primero de una serie en la que habremos de explorarlas. Te invito a que juntos nos adentremos en esto que es, repito, una nueva etapa en la forma de comunicarnos.