Definición y relación con UX
UI (User Interface) o Interfaz de Usuario es la capa visual y tangible con la que una persona interactúa al usar un sistema, aplicación o producto digital. Incluye elementos como botones, menús, formularios, íconos, tipografías, colores y animaciones.
Mientras que UX se enfoca en cómo se siente la experiencia, UI se centra en cómo se ve y se toca esa experiencia.
Una buena UI facilita que el usuario entienda de inmediato qué puede hacer, cómo debe hacerlo y qué ocurre cuando lo hace. Está íntimamente ligada al diseño gráfico, pero también involucra conocimientos de comportamiento humano, patrones de interacción, accesibilidad y consistencia visual.
Diferencias entre UX y UI
Aunque trabajan juntas, UX y UI tienen enfoques distintos pero complementarios:
UX (User Experience) | UI (User Interface) |
---|---|
Es una experiencia integral | Es el diseño visual de la interfaz |
Involucra investigación, arquitectura, flujo, pruebas, emoción | Involucra colores, tipografías, botones, animaciones |
Se centra en el camino del usuario y la lógica de interacción | Se centra en el aspecto y respuesta visual del sistema |
Comienza antes del diseño visual | Comienza cuando se define cómo se verá y se sentirá |
Puede aplicarse incluso sin pantalla (por voz, por gesto, por texto) | Solo existe donde hay una superficie visual de interacción |
Piénsalo así: si el UX es el mapa completo de un viaje, la UI es el vehículo y el paisaje que ves mientras lo recorres.
Principios básicos de diseño de interfaces
Un buen diseño de UI sigue principios que hacen que la experiencia sea comprensible, atractiva y funcional:
- Claridad visual: Lo primero que debe comunicar la interfaz es lo que puede hacer el usuario. La información debe estar jerarquizada con tipografía, colores y espaciado adecuados.
- Consistencia: Los elementos deben comportarse igual en todos los contextos. Si un botón “Guardar” está en azul en una pantalla, no debe cambiar en otra.
- Retroalimentación inmediata: Toda acción del usuario debe tener una reacción visible. Si hace clic, debe haber una señal visual o sonora de que algo ocurrió.
- Jerarquía y agrupación: Los elementos importantes deben destacarse más. La agrupación visual ayuda a entender funciones relacionadas.
- Accesibilidad: Los colores, el contraste, el tamaño de fuente, los textos alternativos y la navegación con teclado son clave para incluir a todas las personas.
- Diseño para el contexto: La interfaz debe adaptarse al entorno donde se usa: desktop, móvil, voz, AR, VR, entre otros.
Ejemplos aplicados: UI en distintos contextos
- Sitios web corporativos: El UI permite navegar intuitivamente, encontrar información clave, generar confianza y facilitar conversiones. Un buen ejemplo es la interfaz limpia y jerarquizada de empresas como Stripe o Notion.
- Tiendas en línea: Amazon, Mercado Libre o Shopify optimizan su UI para reducir fricción al comprar: colores que indican acción, claridad en los pasos y botones visibles en cada punto del proceso.
- Aplicaciones móviles: WhatsApp o Spotify tienen una UI que prioriza accesos rápidos, navegación con una sola mano, íconos comprensibles y un diseño que responde al uso frecuente.
- Experiencias VR o metaverso: En plataformas como Roblox, la UI debe ser tridimensional, integrada al entorno, y debe informar sin saturar el campo visual. Elementos como HUDs (heads-up displays) o menús flotantes deben ser claros y no invasivos.
- Interfaz por voz: En asistentes como Alexa o Siri, la “UI” no es visual sino conversacional. La estructura de los diálogos, el tono, la claridad de opciones y la confirmación de acciones son parte esencial de la experiencia.
Diseñar interfaces hoy va mucho más allá del diseño web. Involucra comprender cómo, cuándo y desde dónde interactúan las personas con las marcas y los sistemas. Y en Disandat, este enfoque expandido de la interfaz es parte fundamental de cómo diseñamos cada proyecto digital.
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